La leyenda mexica explica que en Teotihuacán se reunieron los dioses antes de que hubiese día y noche para decidir ¿quién alumbraría el mundo?
El primer hombre en ofrecerse para la penitencia y posterior sacrificio, Tecuzitecatl, era un hombre rico y como tal fueron sus ofrendas. Como nadie más se ofrecía, los dioses mandaron a Nanahuatzin que le entrara, él en cambio era pobre y estaba enfermo, sus ofrendas a diferencia de oro y plumas de quetzal fueron cañas verdes y heno. Tras hacer penitencia y elevar oraciones, los dioses encendieron un fuego y les mandaron a ambos entrar en él. Tecuzitecatl era el primero pero a la mera hora se rajó dándole paso a Nanahuatzin quien sin dudarlo cerró los ojos y entró. Siguiendo su ejemplo, Tecuizitecatl se agarró los huevos armó de valor y entró al fuego.
Los dioses esperaron y los vieron ya convertidos en dioses salir a uno por oriente y al otro por poniente, ambos brillaban con la misma intensidad, pero un asistente a la ceremonia le lanzó un conejo a la cara de Tecuzitecatl, lo que disminuyó su resplandor (los mexicanos somos trolls por herencia divina-genética que se puede trazar varios siglos atrás, el conejo en la luna lo prueba).
Decidieron entonces los dioses que ellos mismos debían morir para darle vida al Sol y a la Luna. Fue el viento quien se encargó de matarlos y empezó a soplar para así mover primero al Sol y más tarde a la Luna.
De allí nace el nombre con el que conocemos ahora a la antigua metrópoli de Teotihuacán, pues significa «lugar donde los hombres se convierten en dioses».

Es importante notar que los mexicas (o aztecas) encontraron a Teotihuacán ya en ruinas pues llegaron a visitar el lugar ocasionalmente al menos 500 años después de su caída y éxodo, de ahí que el nombre que perdura es en náhuatl y no otomí o mazahua o totonaco o … lo que se hablara en la ciudad [que aún no se tiene claro].
El maestro José María Velasco nos dejó esta imagen, respondiendo varias preguntas que tenía sobre cómo se vería hace unos siglos,
Es posible que las pirámides originalmente hayan sido erigidas no al Sol y la Luna como las conocemos ahora (herencia mexica), sino a Tlaloc y su pareja Chalchiuhtlicue¹.
Y tú ¿hace cuánto no vas a Teotihuacán?
A menos de una hora del DF, las excusas son pocas. Los costos son:
– 2 × $69 casetas de autopista (contando ida y vuelta, opcional pero muy recomendable)
– $57 entrada por persona
– $45 estacionamiento de coche o camioneta
Una recomendación personal es entrar y estacionarse por la puerta número 2.
NOTA IMPORTANTE:
Esta es la entrada a un blog, no a una enciclopedia, hay cierta holgura en lo que se escribe (evitando errores y ambigüedades, siempre).
Fuentes:
1.- Historia Mínima de México, El Colegio de México, 2010
2.- Historia de México, FCE, 2010
3.- Wikipedia y su buena entrada de Teotihuacán
Comentarios (0)